LA HISTORIA

Hace cuatro días, un total de 13 países europeos, entre ellos España, reclamaban a la Comisión Europea que movilice los 100.000 millones de euros previstos para invertir en el plan del Green New Deal europeo hasta 2027 para iniciar ya una transición hacia la economía sostenible, como estímulo inmediato para la recuperación de la actividad de la Unión colapsada por la crisis del Covid-19.

¿PERO EUROPA HA REACCIONADO A LA PROPUESTA?

La Europa oficial suele ser de respuesta lenta y reactiva, y la propuesta solo tiene dos días, pero lo esperanzador es que la Europa real, que también existe, ha tomado la iniciativa. Así las principales empresas del continente y los más conspicuos representantes de la sociedad civil han hecho suya la propuesta, en una acción promovida desde el Parlamento Europeo.

Hasta el momento, más de 180 líderes empresariales, sindicales, políticos, ONGs y académicos se han sumado a la Alianza europea para una recuperación verde. Expresan su deseo de “apoyar e implementar soluciones para preparar nuestras economías para el mundo del mañana”.

¿QUIÉN HA FIRMADO?

En total, se han sumado a la iniciativa ministros de 11 países, 79 eurodiputados, 37 líderes empresariales de dimensión mundial, 28 asociaciones empresariales, la Confederación Europea de Sindicatossiete ONGs y los miembros de seis laboratorios de ideas.

Entre los firmantes se encuentran la ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y varios eurodiputados españoles, y empresas como Cola-Cola, Nestlé, Microsoft, Ikea, Danone, Iberdrola o Suez.

El promotor del proyecto ha sido Pascal Canfin, presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, que ha avalado oficialmente la propuesta.

¿Y QUÉ DICE EL MANIFIESTO?

Para empezar reconocen la crisis del Covid-19, como “el mayor desafío que Europa ha enfrentado en tiempos de paz, con consecuencias devastadoras y un shock para la economía más difícil que la crisis de 2008″.

Se habla a continuación de aprovechar la reconstrucción para repensar nuestras prioridades como sociedad. Se habla de “inversiones masivas que deben desencadenar un nuevo modelo económico europeo: más resiliente, más protector, más soberano y más inclusivo. Todos estas condiciones se encuentran en una economía de principios ecológicos”. En efecto, la transición a una economía climáticamente neutral, la protección de la biodiversidad, y la transformación de los sistemas agroalimentarios, afirman, “tienen el potencial de crear rápidamente empleos, crecimiento y mejora de la forma de vida de todos lo ciudadanos, y ayudar a construir sociedades más resilientes”.

AL MENOS ES ILUSIONANTE

Ilusionante e interesante. Porque llega al modelo verde tras describir las necesidades del nuevo modelo económico: más resiliente, más protector, más soberano y más inclusivo. No hay voluntarismo, hay análisis y realismo. Hay conciencia del riesgo que estamos corriendo. Y hay conciencia de oportunidad.

Y son nuestras sociedades, mucho más allá de nuestros políticos, las que proponen una transformación proactiva y exigente con el crecimiento y la creación de empleo, pero que mire hacia el futuro y no hacia el pasado. Una transformación creíble y transversal, creadora de riqueza y de un nuevo ideal para la construcción entre todos de una Europa mejor, más unida y que aporte al resto del mundo una hoja de ruta hacia un futuro posible.